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Arquitectura

El plano de acceso común conecta directamente con la entrada principal de la biblioteca: un lobby central distribuidor que sirve como espacio de exhibición y de arte y cuyo cerramiento está conformado por un sistema de tubos metálicos entrecruzados. A través de este plano vertical semitransparente se tamiza la luz hacia el interior y, cuando se ilumina desde adentro, produce un efecto de lámpara urbana sobre la terraza.

Cada uno de los volúmenes responde a una función específica, requerida en el programa. El concurso pedía un mismo edificio pero el arquitecto decidió independizar las áreas físicamente, estableciendo mayor flexibilidad y complejidad espacial. Uno alberga la biblioteca, el otro la ludoteca y el último contiene el auditorio.

Estos volúmenes se materializan con una estructura de concreto, conformada por cuatro grandes columnas y una fachada despegada, revestida exteriormente con una piedra local casi negra. En el interior, el espacio definido entre la estructura y la piel envolvente de la fachada se utiliza como recolector de luz natural, que entra a través de una serie de pequeñas ventanas dispuestas rítmicamente en cada una de las caras.

En el edificio de la biblioteca, los anaqueles se disponen perimetralmente, a modo de anillo alrededor del espacio de trabajo, de doble altura. En un nivel intermedio, otro anillo que balconea sobre el espacio central ofrece un área de computación para uso público.

El espacio de la ludoteca se extiende en un mismo plano y repite la estructura de fachada despegada que recoge la luz natural, con estructuras a la vista.
El volumen del auditorio es el único diferente en este sentido, debido a las funciones específicas que alberga y que requieren penumbra.

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